Los elementos fundamentales son la transparencia y la protección de la confianza en los mercados, conforme pasamos a explicar:
a) La Transparencia.
A través de la transparencia se persigue, de un lado, que los inversiores tengan la tranquilidad de saber que los únicos riesgos que toman son los resultados de su propia decisión, a través del previo análisis de la información disponible en el mercado en relación a la operación que pretenden realizar. Desde otra perspectiva, la transparencia es un elemento esencial en la eficiencia de los mercados a través de la formación óptima de los precios.
Cabe preguntarse la razón por la cuál la información surge como una necesidad en los mercados de valores. Con respecto a ello, se ha mencionado anteriormente que los mercados de valores tienen como objeto de intercambio los llamdos activos financieros. Pues es la naturaleza especial de estos bienes lo que determina la información, como elemento necesario para optimizar la asignación de recursos o eficienciad del mercado y la protección al inversionista.
Mientras que los denominados activos reales son susceptibles de apreciación material pues contienen un valor propio e intrínseco, los activos financieros deben ser apreciados desde su realidad jurídico-económica pues su valor no es intrínseco sino extrínseco. El valor de estos bienes nace de los derechos patrimoniales que confiere, generalmente la participación en las utilidades, o en un flujo periódico de fondos, fijo o determinable, de un emisor; unido al grado de certeza que un inversionista tiene en relación con el cumplimiento de esas expectativas. En este orden de ideas, la única forma en que una persona puede representarse adecuadamente el grado de cumplimiento de sus expectativas sobre activos financieros o la realidad jurídico-económica de éstos, será a través de la información. Es decir, la adquisición o la venta de un activo financiero por parte de un inversionista requiere necesariamente la información en relación a las caractéristicas del valor y la situación financiera de su emisor, sus productos o servicios, sus niveles de mercado, su administración, sus hechos de importancia, etc.; que garantice una adecuada decisión en la operación que se propone efectuar.
b) La Protección de la Confianza en los Mercados.
No sólo la información o la transparencia que origina ésta es el elemento que garantiza un mercado de valores eficiente y una adecuada protección al inversionista. Dada la naturaleza de "mercancías peligrosas" de los bienes que se negocian en estos mercados, éstos se encuentran basadps en la confianza de los inversores. De allí que, el elemento fundamental de la transparencia deba ser complementado con otro de no menor importancia: la protección de la confianza en los mercados.
La protección de la confianza en los mercados se encuentra representada por el conjunto de normas del mercado de valores que tienen como fin crear, preservar y afianzar de los inversionistas en el mercado que no está relacionada con la transparencia. En tal sentido, las normas referidas a las condiciones de autorización de agentes de intermediación u otros partícipes del mercado, o las normas de conducta, entre otras, no sirven para generar transparencia, sino para asegurar unos estándares mínimos de solvencia y profesionalidad que eviten la pérdida de confianza en los mercados de valores.
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